#NIUNOMENOS - Breve experiencia
El domingo por la noche me puse a investigar quiénes están detrás de la marcha #niunomenos y me obsesioné un poco con el tema, surfeé a través de cuentas y páginas y me indigné, me peleé y me asqueé. Entre Soltero Codiciado, Macho Peruano que se Respeta, Dilo sin Roche y la misma página del evento “Ni uno menos”, me encontré con hombres que se jactan de una masculinidad exacerbada, en una cantidad de joyas gráficas que expresan de manera alarmante el machismo que existe en este país.
Sin proponérmelo, tuve intercambios con algunos de los miembros más activos en estas comunidades. Me espanté cuando uno de éstos posteó un screenshot de sus conversaciones (¿montaje?) con una escolar. Se lo hice notar y este, al creer que yo era mujer, me llamó de hija de perra para arriba. Increíblemente, luego de hacer una breve revisión de mi perfil de Facebook y ver que soy hombre, bajó las revoluciones a sus insultos haciendo chistes sobre mi lugar de origen. Más adelante descubrí que él era uno de los creadores del evento y al revisar un poco su perfil, vi que se trataba de un escolar, un palomilla machista al que quizás la broma se le está escapando de las manos. El que sea escolar no es un atenuante, más bien, me hace pensar que el origen del machismo se da muy temprano en la vida de un hombre, desde que socializamos cuando niños con otros niños, desde que nuestras madres nos dicen “deja hijito, que yo lavo los platos”, desde que no nos dejan entrar en la cocina porque mamá lo hace mejor. Son cosas mínimas, micromachismos, pero van sumando experiencias a lo largo de la vida...